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La tragedia de Agustina: Perdió un hijo y dio a luz a menos de 24 horas
15/08/2022

Viviana es la madre de Agustina Alfaro, de 22 años, y la abuela materna de Thian Gadiel Alfaro, el niño de tan sólo cuatro año (el 1º de Octubre habría de cumplir cinco) que el domingo pasado falleciera al ser arrollado por una formación del trena Roca a la altura de la calle Molliere de Bosques.  Viviana tiene mucho para decir y para aclarar. Está enojada con Crónica TV por el tratamiento periodístico que le dieron al caso. También deja claro su malestar con un portal de noticias policiales que conduce una No profesional de la comunicación de Florencio Varela. Lo dice en todos los medios. Es su dolor y hay que respetarlo.

 

“Pobre mi angelito” dice Viviana cuando Varela al Día le exhibe una foto de su querido Thian, que su hija Agustina Alfaro tiene en su portal de Facebook en la categoría de público. La furia del domingo ha pasado en Bosques. Sin embargo, algunos jóvenes en la vía del tren, con su servicio interrumpido por una jornada de paro, en repudio a la paliza que recibieron el maquinista de la formación ferroviaria y el guarda de manos de desaforados lugareños tras el accidente, siguen de cerca los movimientos de la prensa. Viviana pide a los medios que se diga la verdad de los hechos. Que nunca hubo dos chicos jugando en las vías del tren como se dijo y que su nieto no estaba solo en el lugar. Menos aun que se escapó de la mano de su mamá.

“Mi nieto iba se acercó a ver un caballo que estaba cercano a las vías y subió el terraplén. No fue aplastado por el tren. El tren lo rozo y mi querido golpeó su cabeza contra un fierro que hay al costado de la vías. Ese golpe lo mató en el acto a mi nieto”

 

Viviana fue madre de 9 hijos y abuela de 9 nietos. El domingo perdió a uno de los 9 nietos y el lunes nació otro. La vida tiene estas cosas que no se pueden planear. A menos de 24 horas que Agustina Alfaro y su madre Viviana sufrieran, junto a toda su familia, la irreparable pérdida de Thian, llegó a este mundo Jairo, el segundo hijo de Agustina.

 

“Asi es la vida señor. Mi hija perdió a su hijo ayer y hoy trajo a este mundo a un nuevo hijo. El dolor es tan fuerte que no sabemos dónde estamos. Mi marido está tirado en la cama. No se puede recuperar”, dice Viviana. En efecto,  el padre de Agustina fue quien levantó el cuerpito sin vida de Thian, tras ser arrollado por el tren y lo llevó a su casa, de la calle Moliere Nº 88, a unos 80 metros de las vias. Más tarde una ambulancia del SAME llevó al niño sin vida al hospital Mi Pueblo. Su abuelo no se separó de él.

“Me dicen que a las 10 de la noche nos van a entregar el cuerpo del nene. Nosotros no queremos velorio en la cochería, queremos velarlo acá, en casa”, destaca Viviana a la prensa.

Zona de casas humildes, de gente trabajadora. Vecinos que viven a metros del arroyo San Juan, cauce de agua que desborda cuando hay taponamiento, como ahora lo evidencia.

“Nosotros nunca cruzamos las vías, para el otro lado. Pasamos por debajo del puente del tren. Es imposible pasar por otro lado. Ayer salimos con mi marido y una de mis hijas, con otros nietos y Thian, para ir a la casa de otra hija, que vive del otro lado. Íbamos al cumpleaños. Agustina no estaba con nosotros, ella se retrasó porque fue a comprar el carbón.  Es mentira cuando dicen que el nene se escapó de la mano de su madre. El nene se acercó para ver el caballo”, dice Viviana. Lo demás, es conocido.

 

La preocupación de Viviana ahora pasa por lograr el alta del Hospital Mi Pueblo para con su hija Agustina Alfaro, de tan solo 22 años. “Si me piden que yo me haga responsable voy a firmar para que ella puede despedirse de su hijo.

Viviana busca una respuesta en su interior ante lo sucedido. Ella y su marido caminaron por Molliere, cruzaron por un pasillo donde debería estar cerrado por los murallones del ferrocarril, con rejas incluidas, para que nadie se acerque a las vías. Thian avanzó. Nadie creyó que subiera el terraplén ante la admiración  que le provoco el caballo. La tragedia estaba a unos metros. Que Dios guarde a este angelito.

 

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